La Zona De confort es la zona en donde conocemos las circunstancias, nos son familiares, las dominamos o no, pero estamos familiarizadas con ellas; sean estas buenas, malas, útil o inútiles. Nos sentimos más seguros en esa zona, se podría decir que es nuestro territorio y nuestro hábitat.
Pues bien, Debemos tener en cuenta esta maravillosa frase que dijo un escritor: “todo lo que deseamos, anhelamos y que no lo tenemos ahora; está fuera de la zona de confort”…
¡¡Quiere decir que la molestia de carecer alguna cosa o situación la tenemos en nuestra zona de confort!!
Si no nos aventuramos a salir de ella, es decir si nonos adentramos en zonas más inhóspitas, inseguras y que no conocemos, jamás encontraremos ese golpe de suerte que nos haga dar con nuestro objeto deseado.
Un antiguo chiste demuestra en parte el mecanismo que usamos en la vida diaria.
“Estaba un hombre una noche en cuclillas bajo el cono de luz de una farola buscando unas llaves que había perdido. Al rato se sumó una persona para ayudarlo en la búsqueda, pero al pasar varios minutos sin resultados positivos la persona le pregunta: ¿está seguro que perdió las llaves en este sector? A lo que le respondió el hombre; ¡no, no fue aquí donde la perdí!, -¿entonces por qué la busca acá?- Porque es el único sector que tiene luz y la oscuridad me da mucho miedo…”
Indudablemente ese hombre iba a tener mucha “mala suerte” para lograr encontrar lo que deseaba.
Se le atribuye a la mala suerte el hecho de lograr las metas a pesar de intentarlo varias veces, pero lo que no podemos ver es cuantos factores nos hacen falta para crear una plataforma ideal para que los hechos se produzcan de acuerdo a nuestras necesidades.
Lo primero que necesitamos es agrandar la zona de confort poniendo un pie fuera de ella hasta que comencemos a conquistarla poco a poco, lograr que esa zona de peligro se vuelva conocida y familiar y deje de ser peligrosa u oscura. En la próxima les dejaré unos ejercicios que nos hará expandir nuestra zona de confort hacia nuevas tierras.